Todo empezó
con una chica de unos 15 años que se
llamaba Dámaris, era morena , ni muy
alta ni muy bajita de estatura, tenía unos ojos grandes , marrones y unas
largas pestañas, delgada y muy callada. Su vida era una rutina constante, no
era de esas chicas que salen de fiesta y todos le conocen, no le conocía mucha
gente, prácticamente sus amigos de clase y su mejor amiga, iba por los pasillos
del instituto con la cabeza agachada. Soñaba con que un chico de un año mayor
que ella que se llamaba Sergio le invitara a una de esas fiestas muy grandes de
verano. Sergio era un chico muy guapo, alto, de piel morena, de pelo también
moreno y ojos marrones y era muy conocido. Estaba segura de que el ni sabía que insistiera.
Una noche pensó mucho en todo eso y tenía claro que o cambiaba o iba a ser solo
un sueño sin cumplir, así que decidió cambiar. En unos meses se convirtió en
una chica muy guapa iba muy bien maquillada, vestía como cualquier chica de 18
años y había perdido la vergüenza. Por los pasillos iba con la cabeza alta y
saludando a todo la gente que había conocido durante el tiempo que empezó a
cambiar. Un día llego tarde al autobús del instituto y, ya que Sergio va en el
mismo autobús que ella, solo quedaba un asiento, justo al lado de él, al
principio fue un poco incomodo, hasta que cuando íbamos a mitad del camino, él
le dijo:
- - Llevo
un tiempo viéndote por el instituto y si te digo la verdad llevo unos días
fijándome en ti. Pero no te había visto antes.
- -Yo
creo que también te he visto alguna vez; bueno, llevo en este instituto de hace unos
años, pero es que… es una larga historia.
- -Tengo
tiempo, puedes contármelo.
- -Ya
estamos en la parada – dijo el conductor
- - Parece
ser que no tengo tanto tiempo – dijo riéndose –¿ qué te parece si quedamos un
día y me lo cuentas?
- -Me
parece bien, apunta mi numero 649994369.
- -Vale,
yo te llamo; ¿por cierto cómo te llamas?
- -Dámaris ¿y tú? ( aunque ella ya sabía cómo se llamaba)
- -Sergio.