viernes, 26 de julio de 2013

Todo empezó con una chica de unos  15 años que se llamaba Dámaris,   era morena , ni muy alta ni muy bajita de estatura, tenía unos ojos grandes , marrones y unas largas pestañas, delgada y muy callada. Su vida era una rutina constante, no era de esas chicas que salen de fiesta y todos le conocen, no le conocía mucha gente, prácticamente sus amigos de clase y su mejor amiga, iba por los pasillos del instituto con la cabeza agachada. Soñaba con que un chico de un año mayor que ella que se llamaba Sergio le invitara a una de esas fiestas muy grandes de verano.  Sergio era un chico muy  guapo, alto, de piel morena, de pelo también moreno y ojos marrones y era muy conocido.  Estaba segura de que el ni sabía que insistiera. Una noche pensó mucho en todo eso y tenía claro que o cambiaba o iba a ser solo un sueño sin cumplir, así que decidió cambiar. En unos meses se convirtió en una chica muy guapa iba muy bien maquillada, vestía como cualquier chica de 18 años y había perdido la vergüenza. Por los pasillos iba con la cabeza alta y saludando a todo la gente que había conocido durante el tiempo que empezó a cambiar. Un día llego tarde al autobús del instituto y, ya que Sergio va en el mismo autobús que ella, solo quedaba un asiento, justo al lado de él, al principio fue un poco incomodo, hasta que cuando íbamos a mitad del camino, él le dijo:
-          - Llevo un tiempo viéndote por el instituto y si te digo la verdad llevo unos días fijándome en ti. Pero no te había visto antes.
-          -Yo creo que también te he visto alguna vez;  bueno, llevo en este instituto de hace unos años, pero es que… es una larga historia.
-        -Tengo tiempo, puedes contármelo.
-          -Ya estamos en la parada – dijo el conductor
-        -  Parece ser que no tengo tanto tiempo – dijo riéndose –¿ qué te parece si quedamos un día y me lo cuentas?
-         -Me parece bien, apunta mi numero 649994369.
-          -Vale, yo te llamo; ¿por cierto cómo te llamas?
-          -Dámaris  ¿y tú? ( aunque ella ya sabía cómo se llamaba)

-          -Sergio.

martes, 22 de mayo de 2012


Todos quieren felicidad sin nada de sufrimiento, pero no se puede tener un arcoíris sin un poquito de lluvia.